"La sensación de hacer las cosas porque otros decían que era lo correcto y la ausencia de elección por mi parte me llevaron al borde de la depresión por no ser capaz de tener control sobre mis relaciones. Seguramente te sientas como un recluso dentro de una cárcel que tiene las puertas abiertas de par en par, eres consciente de que puedes escapar si lo deseas en cualquier momento, pero sientes un miedo atroz que te atenaza el estómago y te impide atravesar la puerta, aunque sepas que en el exterior, más allá de esa prisión que tu mismo has creado y en la que llevas toda una vida viviendo, te esperan la libertad y la felicidad con la que siempre has soñado y que te han sido tan injustamente negadas."
pagina 14 "Introducción"
Secretos de un seductor de David del Bass
A lo largo de la vida, al poco de nacer, te iras creando tu propio cerco, tus propios limites, debido a que el entorno te transmite constantemente el mensaje de que tienes que vivir en una zona de comodidad.
Entonces, tu mismo te encargarás de poner tu propio cerco, tus propios limites, y sin darte cuenta tu visión de la realidad quedará reducida, a esto, una cárcel que tu mismo has creado y pasarás tu vida, simplemente haciendo esto, andando en lo que tu crees que es la realidad, en lo que tu crees que es, y de lo que crees que no puedes salir.
Es entonces cuando si no haces algo diferente, no cambias, verás que nunca llegarás mas lejos de donde siempre habías llegado, porque estarás moviéndote siempre en la misma zona, en la misma área.
De manera que, si quieres cambiar, lo mejor que puedes hacer, es cada día empujar alguno de los troncos que compone el cerco, de manera que cada día, tu visión de la realidad sea un poco más ampliada, de manera que cada día seas un poco más libre y de forma que estés superando constantemente tus propios limites.
Llegará un día, que podrás moverte, y tus troncos, ya no estén ahí. Hasta ese día, te invito, a mover cada uno de ellos.